Mi idea es reservar este espacio para hablar de matemáticas, pero hoy quiero hacer una excepción y escribir unas líneas sobre el debate de los deberes. Lo primero, recomendar este estupendo artículo de El País sobre el tema. Pocas veces he visto un artículo de prensa hablando sobre temas educativos tan informado, equilibrado y recomendable.
También quiero felicitar a Eva Bailén por su coraje para sacar adelante esta campaña. Creo que todos los padres somos conscientes del respeto que da protestar contra lo que le pasa a tu hijo en el cole. El propio título de la campaña en change.org (Los deberes justos) me parece un gran acierto, porque si algo deja claro este tema es que estamos en un país de bandos aparentemente irreconciliables. Yo mismo he sido testigo de acalorados debates en las reuniones de padres del colegio de primaria de mis hijas, entre el bando pro-deberes y el bando anti-deberes de padres (con clara mayoría a favor de los primeros). En esos debates yo intentaba ser fiel a mi vocación de recibir tortas de ambos bandos, intentando que se precisara qué cantidad de deberes le parecían razonables a los maestros en cada momento.
Y sigo creyendo que si queremos progresar en el debate, no queda mas remedio que entrar en detalles: ¿qué tipo de deberes? ¿qué cantidad? ¿a qué edades? Por supuesto que los deberes tendrían que ser no rutinarios, y adaptados a las necesidades del niño (supongo que si un maestro lee esto saltará automáticamente diciendo que no puede proponer 25 tareas distintas para cada uno de sus 25 – o mas – alumnos. Pero no creo que haga falta tanto: sería suficiente proponer 3 o 4 tareas, de dificultad variada, y dejar que cada alumno hiciera 1 o 2, las que creyera que le convienen. Si se trata de fomentar la autonomía y la responsabilidad – argumento eterno del bando pro-deberes – ¿qué mejor forma? Y creo que mas de uno se sorprendería: los niños son bastante buenos a la hora de elegir lo que les conviene, o lo que les motiva).
Pero creo que el punto crucial para desatascar el tema deberes es la cantidad. El artículo de El País hace referencia a un artículo interesante, y parece que la evidencia disponible es que las tareas escolares solo tienen efectos positivos sobre el aprendizaje a partir de cierta edad (traducido a nuestro caso, en secundaria) y siempre que la cantidad sea razonable.
De nuevo los detalles son importantes, porque no es lo mismo el caso del niño que sale del cole a las 2 que aquél que termina su jornada escolar a las 5. En este último caso, lo tengo muy claro: me parece una aberración que un alumno de primaria que sale del cole a las 5 tenga que hacer tareas en casa. ¿Cuándo va a jugar? ¿Cuándo va a hacer deporte? Para los que salen a las 2, el problema es distinto, pero para que no se me malinterprete me mojo poniendo números: yo pondría un máximo de 0 para 1º y 2º de primaria, 30 minutos para 3º y 4º y 45 minutos para 5º y 6º. Como comentaba @bpalop en un tuit, claro que cada niño es distinto. Yo pondría esto como máximo. Y si algunos niños no terminan la tarea en ese tiempo, no pasa nada, lo que hay que hacer es ir enseñándoles a aprovechar bien ese tiempo de trabajo, algo en lo que en España casi todos debemos mejorar.
Con respecto a la ESO, 1 hora diaria me parece razonable. Una última aclaración: los tiempos que menciono son por día laborable. Los adultos tenemos claro lo importante que es poder desconectar durante el fin de semana. Me parece inconcebible que cueste tanto trasladar eso a nuestros escolares.
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Añadido el 22-05-2015: otro artículo sobre el tema. ¡Espero que siga la racha!