Un comentario de Pepe Carretero del pasado viernes me ha estado rondando la cabeza todo el fin de semana. Decía que las ideas de cambio en el sistema llevan presentes desde hace 30 años, pero que el factor que las frena que más le molesta es «la reticencia al cambio que hace que cuando se plantee resolver las carencias se dirija la mirada al pasado y no al futuro». Estoy de acuerdo en que esto ocurre, pero yo añadiría este otro, que es el que más me irrita personalmente: muchas de las discusiones que he visto sobre cómo mejorar el sistema educativo han terminado en un bonito juego del ping-pong donde cada parte le echaba la culpa a las otras: las familias y la sociedad, a los profesores; los profesores, a la sociedad, que no les apoya, a los alumnos, que no estudian, y a los profesores de las etapas precedentes; los políticos … bueno, los políticos terminaban entretenidos con la Educación para la Ciudadanía.
Desde el primer momento, el objetivo de este blog ha sido, además de poner mis ideas en limpio, pensar en positivo y mirar hacia el futuro. El sistema educativo es gigantesco: tenemos más de 4 millones de alumnos, y unos 350000 profesores, sólo en la educación obligatoria. Me gusta compararlo con un superpetrolero: la inercia que tiene es enorme. Y creo que no podemos esperar una reforma coherente de arriba hacia abajo, sino que debemos ponernos manos a la obra, e intentar variar poco a poco la dirección del superpetrolero, con un flujo de ideas de abajo hacia arriba. La buena noticia es que para ello tenemos una herramienta poderosa que no estaba disponible hace ni siquiera 10 años: este tipo de foros. Creo que pueden servir para difundir nuevas ideas y poner en común los resultados obtenidos. Desde aquí me comprometo a acompañar las reflexiones generales con ejemplos, concretos, y listos para llevar al aula, tantas veces como sea posible. La entrada sobre las tablas de multiplicar creo que ya iba en esa dirección.
Para que este cambio de rumbo, de abajo hacia arriba, pueda avanzar, creo que necesitamos considerar estos tres aspectos:
- Los profesores tenemos que asumir nuestra responsabilidad. Sí, se que tenemos motivos sobrados para la queja, y más en estos tiempos (y creedme, lo sé en primera persona: lo que el curso pasado fueron 3 grupos para 150 alumnos, se han convertido este curso en 2 grupos para 220 alumnos). Y debemos protestar y luchar por lo que creemos justo. Pero creo que lo que debemos evitar es utilizar esta situación como excusa para no asumir nuestra responsabilidad. Quede claro: no estoy diciendo que esté en las manos de un profesor «arreglar las cosas». Ni siquiera creo que sea realista plantearse el llegar a todo el grupo de alumnos, aunque se deba intentar. Lo que creo que sí es cierto es que un buen hacer docente tiene influencia en algunos de nuestros alumnos. En Estados Unidos, que es donde más estudios de todo tipo se realizan, publicaron hace poco este, en el que se encuentra que el impacto de un buen profesor no sólo repercute en el promedio de resultados académicos, sino en variables como el número de embarazos de adolescentes del grupo. Hay otra buena razón para creernos que nuestro esfuerzo será útil para algunos de nuestros alumnos: creo que es la vacuna más eficaz contra el virus del profesor quemado, la plaga de nuestro tiempo.
- La Primaria, lo primero. Creo que las razones son obvias. Por supuesto, debemos trabajar para cambiar el rumbo en secundaria, no voy a entrar en contradicción con el punto anterior. Pero está claro que intentar convencer a un chico de que otra visión de las matemáticas es posible, cuando nos llega condicionado por seis años de mala formación matemática, es mucho más complicado que trabajar desde los 6 años con el enfoque adecuado. Algún lector puede pensar que hay que llevar el argumento al extremo y empezar por la Educación Infantil. Hablaré de Infantil en algún momento, pero creo que en esa etapa la situación (al menos en lo que respecta a las matemáticas) no es mala. Aquí yo sólo pediría que estemos atentos para que no se estropee. Algún colegio ya he visto cuya idea de «subir el nivel» es empezar con el algoritmo de la suma en el tercer curso de Infantil.
- Los libros de texto. Bueno, este tema es difícil y delicado. Creo que se merece un futuro post en exclusiva.
Es justamente gracias a internet que he conocido a otros educadores que desean un cambio. Además de lo que escribes aquí, es muy importante la difusión de la información. Me imagino has visto los videos de Sir Ken Robinson… toda una inspiración y referencia. Escribí una nota sobre eso aquí: http://unpuntocircular.blogspot.com/2012/09/a-iniciar-la-revolucion-del-aprendizaje.html
He visto algún video, desde luego, e intentaré ver más. Me parecen muy inspiradores. Y sí, en la lista hay una entrada sobre «Creatividad y matemáticas»
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